Me voy a poner nostálgico y recordaré la época cuando creía en los santos reyes, jugaba con autos hot wheels, deseaba tener una súper autopista, me encantaba jugar a las canicas, fútbol, cuando mi vida era cero preocupaciones y todo felicidad y alegría.
Y esto me trae a la mente una marca muy importante que formó parte importante de mi vida, la marca kínder. Son inolvidables esos chocolates con forma de huevo, que sin importar si el chocolate era rico o no, lo comprabas para descubrir la sorpresa que había dentro.
Todo comenzó en 1968 cuando a la familia Ferrero se le ocurre lanzar al mercado un huevo de chocolate con leche que en su interior contenía un regalo, juguete o figura. El resultado, un éxito total, aunque en Estados Unidos no se puede comercializar este producto por cuestiones legales, en otros países de América, Europa y Oceanía ha tenido gran éxito.
Esta marca nos dio una catedra de lo que significa una buena promoción, una fantástica idea. Lo que hicieron fue colocar juguetes dentro de huevos de chocolate, y lo importante de esto es que no solo encantaron al usuario final del producto que son los niños, sino al que tiene el poder de compra, los padres.
Cuando mis papás me compraban esos chocolates, también estaban esperando a que yo abriera el chocolate y descubrir el juguete que se agregaría a mi colección, era increíble como un huevito de chocolate podía enamorar a tantos miembros de la familia.
Y aunque no lo crean, aun conservo cientos de esos pequeños juguetes que logré reunir durante mi niñez, y siendo honesto, actualmente de repente me dan ganas de comprar alguno para recordar mi niñez.
Descubrieron la manera de mantener contentos a los involucrados en el ciclo de compra del producto, siendo honestos, ¿no le comprarías uno de estos chocolates a tus hijos, sobrinos o a un pequeño que te agrada?, la verdad es que son una tentación, cuando le das uno de estos a un niño, recuerdas la emoción que sentías al momento de abrirlo y ver la sorpresa que te esperaba.
Muchas marcas han intentado la misma estrategia, pero sin duda, ninguna pudo lograr lo que kínder logró, desde el chocolate hasta los juguetes, la calidad era de lo mejor.
Esperemos que nazca alguna empresa que logre tener el mismo impacto que logró kínder, o que el mismo kínder retome lo bien que hizo las cosas hace algunos años, porque ciertamente la calidad y creatividad en sus juguetes ha ido disminuyendo.
Nos seguimos leyendo la próxima semana.
[subscribe2]
Alejandra Guillen
11/10/2012 at 16:14
la curiosidad poderosa herramienta y sutil tentación
alexzamora87
11/10/2012 at 17:28
Muy buen artículo, literal, terminé en la tienda comprando un Huevito Kínder
Felicidades!!!